21 enero 2010

Versus

El sabe cuanto necesita. Ellas también. Y juntos complotan contra mi.


Les encanta. Lo disfrutan. Y yo….yo caigo en su juego. Periódicamente jugamos.


Empezó por un desgano con esmero. Continuo como una costumbre, y se transformó en adicción. Necesitábamos que la sangre corriera agitada en su circuito ciego. Nos estremecía. Nos deleitaba morbosamente.

Amábamos jugar con los límites, llegar a los extremos hasta oler el peligro e intentar escapar airosamente. Enfrentarnos a la derrota cara a cara y sonreirle exageradamente sin que nos toque. Cada batalla era única y traía consigo nuevos ingredientes. Fascinantes.
Amo este juego, tanto como lo odio. Apretar, transpirar. El galope agitado y los nervios. Todo eso nos seducia. Nos seduce.


Hoy, hoy ya es la realidad. El hoy. Asi es. Asi somos. Aunque los riesgos que corremos son cada vez mayores, asi somos. Y somos concientes de ello.

Acaba de empezar nuevamente el juego.


Ojalá esta vez nadie sangre.



Bienvenidos.

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