Existen ciertas emociones que deberían tener exámen de ingreso. La gente es tan precoz con el manejo de las circunstancias, que termina complicando lo incomplicable.
Por lo general, y como con casi todo en la vida, siempre termina siendo una simple cuestión de sinceridad. La claridad de la sinceridad que enloquece a tantos.
Nada más sencillo- Nada menos enturbiado-
Pero al parecer, lo simple asusta y lo complejo, seduce. Y a mi me encanta ser el equilibrista que va por la soga que divide estos dos polos.
¿Desconcierto no?
Es lo que hay. O lo que hicieron que haya.
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