30 diciembre 2006

Líneas y colores

Esa rayuela que pintábamos en las veredas de chicos con tizas de muchos colores o con un simple ladrillo juntado en la calle, a veces con un largo camino lleno de difíciles obstáculos o a veces corto pero con demasiados jugadores se convierte en lo que vendrá después. La vida se transforma en esa rayuela, subiendo y bajando de números, con puntería o con una simplemente pésima, llegando al cielo rápidamente o no haciéndolo nunca, jugando en la soledad de una tarde triste o compitiendo fervorosamente contra cualquiera. A veces la tiza se desvanece con una lluvia pasajera pero que parece durar años y al día siguiente volvemos a pintar con esmero, sabiendo que mañana puede irse nuevamente, pero con ganas de seguir jugando sin importar las circunstancias ni lo que vendrá y con las ilusiones intactas.
Manos sucias, gastadas, con trazo impreciso, y cansadas…….. Quiero seguir dibujando aunque a veces las manos no me den más….


“Era siempre yo y mi vida, yo con mi vida frente a la vida de los otros… caminando por las noches de nuestra vida con la obediencia de la sangra en su circuito ciego.” (Julio Cortázar, Rayuela)

12 diciembre 2006

Mutaciones

Las mutaciones cuando suceden para el lado que uno no quiere, o para el lado que no deben son dolorosas. Sin saber porque, un día todo cambia y de repente nos vemos parados en esa maraña desconocida y no sabemos como llegamos hasta ahí, y lo que es peor como dejamos que suceda. Y ahí deambulamos desconcertados, sin saber para donde agarrar, ciegos ante la novedad desagradable que va a tratar con todas sus fuerzas que jamás te acostumbres. Su inconciencia acerca del cambio nos enloquece, nos da vuelta, no ves?, no comprendes?, tu memoria es tan frágil?. Todo es distinto, asquerosamente distinto y no esta dispuesta a cambiar. Rogamos, apelamos, buscamos, agotamos posibilidades pero ella esta ahí, inamovible en su trono de nueva realidad, riéndose en tu cara con fuerzas y sin asco.
Ojos hinchados de cara al sol naciente, que amanece sin sospechar que ya nada va a ser igual.

Confirmando firmemente que no existe peor dolor que la desilusión…