16 enero 2011

Diario del Señor Brookshire IV

El mundo seguía funcionando.


Los bancos abrían a la misma hora. Los precios subían. Los niños crecían. El reloj caminaba.


Los mates, el sol, el humo, las charlas, las tardes, las noches…


Todo acontecía igual. Sin parar. Una y otra vez. La lógica del cosmos no se detiene ante nada.


Brookshire contempló esa magia. La estremecedora continuación del todo a pesar de….


Sonrió.

Estaba vivo.

Sonrió.


Estaba vivo a pesar de….y que hermoso era.

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